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Desde cuando es normal el “si pasa pasa”? Mas de una vez últimamente siento que es incomodo decir lo que esta en la mesa y es normal hacerse los boludos. Evitar una confrontación que no tiene pór que ser conflictiva sino un intercambio o una mera acción informativa me aparece aun la manera mas honesta de ser buenas personas o al menos no andar por la vida dando por hecho que lo que no se habla se olvida. Lo que no se dice se hace cancer decían las viejas y creo que tienen razón, en tiempos de sobre comunicación no decimos la verdad y dejamos pasar como si la honestidad y una charla expusieran nuestras miserias y vulnerabilidades mas allá de lo socialmente aceptable. No me gusta dejar pasar situaciones en las que me siento boludeada, me encanta hablar por teléfono un montón de tiempo con quienes quiero, adoro los audios largos porque son el podcast de mis amigas, elijo mil veces aclarar en un vinculo que la pausa no es enojo y si me enojo prefiero decirlo desde la honestidad de mis sentires a callarlo y juntar rencores. La gente no se comunica, se mueren los saludos de cumpleanos con mensajes predeterminados, los pésame se dan por hecho y las escuchas son cada vez menos activas porque están todos a full encerrándose en el silencio cómodo de una vida sin compromiso afectivo. Sin embargo creo que es lo único que nos queda cunado internet se corta o nos cruzamos en la calle a alguien que no vemos hace mucho. “perdona que no te llame, estoy a mil” me parece una excusa barata para un silencio que decir ser la palabra justa en el momento adecuado. Ya se que estamos en tiempos de poco valor del discurso y mucho menos de la palabra con peso de honor personal, pero insisto en proclamar las verdades personales sin esperar convencer o discutir, a veces, la sola tarea de informar un desacuerdo es suficiente para que las relaciones sean simples y sin enrosques. Tiendo a decir lo que siento sin esperar respuesta. Aprendí que lo dicho cae donde el otro quiere recibirlo y eso ya no es mi responsabilidad pero lo callado nos hace esclavos de nuestras palabras masticadas en discusiones que terminamos ensayando en soledad . Si no se dijo se muere pero a veces si no decimos, los que van muriendo de a poco somos nosotros mismos.